El perdón entraña complejidades que hace necesaria reflexiones individuales en al menos tres de sus expresiones a que se da lugar: el perdón de la víctima al victimario, el perdón del victimario a la víctima y, el perdón por parte de la sociedad civil al victimario. Intento aproximarme en este escrito al proceso individual al que se ve abocada la víctima cuando se encamina a aceptar el perdón, y a despojarse en consecuencia, de sentimientos de odio, rencor y venganza que amargan sus existencia, sin que lo anterior este necesariamente condicionado al reconocimiento del daño y al arrepentimiento por parte del victimario. Es decir, como acto íntimo de si mismo para si mismo, que luego se hace manifiesto en la convivencia. Encaminarse hacia este acto liberador, es adentrarse en primera instancia en un terreno farragoso hacia el encuentro con el odio, el rencor, la ira o sentimientos de venganza, lo cual por paradójico que parezca, son indicadores ...