En un mundo agobiado por la dispersión y la distracción por las cosas externas, cada vez el desconocimiento y la lejanía entre nosotros mismos se hacen más grandes. Para acortar esta brecha, propongo acciones terapéuticas y meditativas que permitan controlar y reducir la tristeza, el sufrimiento, la carencia de sentido de vida, la ansiedad, el miedo, la soledad y el estrés, emociones comúnmente experimentadas cuando se está fuera del centro de uno mismo. Aprender a observarnos, es la entrada hacía la esencia de nosotros mismos. La interrelación entre mente y materia que observamos a través de la atención a las sensaciones que experimentamos en el cuerpo nos pone en contacto con nuestra conciencia corporal que permite conocernos y tomar cuidado de nosotros mismos. La observación ecuánime de la mente y los contenidos mentales, facilita romper la circularidad repetitiva de pensamientos y la fatigante acción de pensar continuamente en lo que ya hemos pensado hasta l...