"La libertad no es una filosofía y ni siquiera es una idea: es un movimiento de la conciencia que nos lleva, en ciertos momentos, a pronunciar dos monosílabos: Sí o No." (Octavio Paz, La otra voz).
Todo proceso marcha al compás que sus inherentes complejidades entrañan. Los cambios mediados por procesos muestran, como tienen que irse desmontando situaciones que oscilan desde el absurdo de ideologías cerriles, la intolerancia, la insensatez hasta la violencia más cruenta y niveles de injusticia, todas ellas una afrenta contra la naturaleza humana. Cuatro acontecimientos recientes en el mundo han mostrado como la toma de conciencia por parte de grupos humanos y de instituciones frente a hechos aberrantes que van en dirección opuesta de la dignidad de las personas y de sus derechos, han conducido a pronunciamientos certeros para rescatar la dignidad e integridad de las personas:
1.La histórica aprobación del matrimonio entre parejas del mismo sexo en Irlanda, un país de fuertes raíces católicas, que se convirtió en el primer país del mundo en aprobar el matrimonio entre personas del mismo sexo a través de un referéndum, en el cual la opción del sí obtuvo 62.1% de los votos. El premier Enda Kenny lo consideró como un "mensaje pionero " que los irlandeses envían al mundo. En un giro que tomó 22 años, el país pasó de penalizar la homosexualidad como delito a introducir uniones libres en 2010, hasta el resultado del referéndum. El arzobispo de Dublín y primado de Irlanda, Diarmuid Martin, habló de "revolución social" y señaló: "la iglesia ahora debe hacer las paces con la realidad".
2.El Tribunal Supremo de Estados Unidos legaliza en los 50 estados del país, el matrimonio entre personas del mismo sexo con 5 votos a favor y 4 en contra. Antes de la sentencia el matrimonio igualitario ya era reconocido por 37 estados y la capital federal. La decisión de la Corte señala que la prohibición del matrimonio entre personas del mismo sexo viola la Constitución de la nación. Como respuesta a la sentencia Obama señaló:"gente ordinaria puede lograr cosas extraordinarias".
3.El referéndum griego, en el cual 61.31% de los votantes rechazaron los términos de un rescate internacional. Proclamaba el Primer Ministro Alexis Tsipras: "Cuando un pueblo tiene fe y conciencia colectiva puede resistir. Hoy proclamamos un victoria democrática pero mañana seguimos como país unido. Creo en el poder popular"
4.La Encíclica del Papa Francisco "Laudato Si", en la cual critica las formas de contaminación ambiental, la cultura del consumo, el impacto negativo del cambio climático, la relación perversa entre países ricos y pobres y la consiguiente desigualdad social. Dijo el Papa: "Necesitamos un cambio.Queremos un cambio real de estructuras. Este sistema ya no se aguanta, no lo aguantan los campesinos, no lo aguantan los trabajadores, no lo aguantan las comunidades, no lo aguantan los Pueblos...Y tampoco lo aguanta la hermana Madre Tierra".
¿Qué subyace y que hay en común en estos acontecimientos recientes? Una reflexión individual que va sumando, que toca fondo ante injusticias que despiertan la toma de conciencia y la compasión hacia otros, frente a hechos ignominiosos que degradan la condición humana. Son despertares que se dan en momentos de la historia, resultado del cansancio y la opresión ante la indolencia de quienes ostentan el poder, interesados en salvaguardar intereses mezquinos y egoístas de los cuales unos pocos sacan provecho a costa del bienestar de la mayoría.
¿Le pasaría por su genial imaginación a Oscar Wilde cuando fue arrestado en abril de 1895 por ofensas homosexuales, específicamente por defender "el amor que no osa mencionar su nombre", que 120 años después de su juicio su querida Irlanda convocaría al primer referéndum en el mundo para aprobar de manera arrolladora "el amor que no osa mencionar su nombre"? Creería uno que no, si se tiene en cuenta la historia trágica y de desencuentros de la sexualidad humana que, empieza en la fisiología, atraviesa los enmarañados campos de la religión, pasa por la aprobación o desaprobación de la psicología y la psiquiatría, se sumerge en las leyes del derecho para incluirla en la lista de delitos posibles, la atrapa la economía para venderla como un producto, se convierte en una construcción cultural, donde prima la heteronormatividad como regla, transita por la política para manipularla de acuerdo a los intereses de quienes han hecho acopio de prejuicios y temores interiorizados como verdades reveladas por estas fuentes del saber, hasta llegar a la ética, entendida como prohibición, en lugar de unirla a la liberación que es lo suyo: ampliar las posibilidades vitales de la sexualidad en vez de restringirlas. Resultado de esto, se ven reflejados en años de historia que han dado pie a un nudo gordiano de ideas, supersticiones, normas, leyes y mitos, que han corrido de manera paralela con la evolución de la conciencia humana. Ante lo anterior, la cautela frente a la sexualidad ha calado hondo. Krafft-Ebing un pionero sexólogo moderno en su libro Psichopathia Sexualis, indica que los términos técnicos usados a lo largo de la obra están en latín para excluir al lector lego. El éxito de su obra fue tal, que el British Medical Journal, en 1893, se quejó de que toda su obra no hubiera sido redactada en latín, para velar el tema de la sexualidad mediante "la oscuridad decente de una lengua muerta". Desenmarañar esta madeja no ha sido fácil, ha costado víctimas. Mucha gente se siente estafada por haber creído en ellas: anochecieron con la ideología de la fidelidad y el amor hasta la muerte y amanecieron con la ideología de la infidelidad y el matrimonio múltiple.
Hay que también, recordar y resaltar el trabajo de quienes han contribuido de tiempo atrás a desenmarañar la madeja. Para solo citar un ejemplo, El Comité Científico Humanitario, fundado en Alemania en 1897 por el médico sexólogo, Magnus Hirschfeld, para trabajar en pro de la abolición del párrafo 175 del código penal alemán que penalizaba las relaciones consensuales entre personas del mismo sexo. El apoyo a esta petición tuvo la firma de mentes que han dejado marca en la historia reciente: Hermann Hesse, Krafft-Ebing, Martin Buber, Albert Einstein, Thomas Mann, Carl Maria von Weber, Stefan Zweig, Rainer Maria Rilke, entre otros, personas que fueron conscientes de lo equívocos que circulaban alrededor de la sexualidad. Imposible defender el derecho al amor homosexual, en la época victoriana de Oscar Wilde. Edward Carpenter escribía en 1924 que: "la época victoriana era el punto más bajo de la moderna sociedad civilizada: un período en el que no sólo la comercialización de la vida pública, sino la hipocresía de la religión, el puro materialismo de la ciencia, la inutilidad de los convencionalismos sociales, el culto a las acciones de la bolsa, el hambre del corazón humano y sus necesidades, la gazmoñera ocultación del cuerpo bajo los vestidos, el 'áurea impura' de las cuestiones sexuales, la división clasista, el desprecio por el trabajo manual y la cruel exclusión de las mujeres de cualquier posibilidad útil y natural de expresar sus vidas, son exacerbadas hasta extremos tan disparatados que nos resulta arduos comprenderlos". Reflexionado sobre la cita de Carpenter, puede uno observar cuanto queda de esta descripción en el mundo, si se mira, por ejemplo, la esencia de los pronunciamientos ante los acontecimientos mencionados. Los ejemplos abundarían, suficiente con mencionar como en al menos 76 países aun hay leyes que criminalizan las relaciones consensuales del mismo sexo entre adultos. (Asociación Internacional de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Transexuales y Personas Intersex. ILGA). Los castigos van desde latizagos en Irán, prisión en Argelia, cadena perpetua en Bangladesh, hasta la pena capital en Irán, Mauritania, Arabia Saudita, Sudán y Yemen. Pero aún en países que no penalizan las relaciones homosexuales, asesinatos, chantajes, ofensas y ataques son frecuentes.
Estos vientos frescos que soplan merecen ser valorados. Es evidente que, hay un movimiento creciente de personas que de un modo consciente y responsable buscan que las cosas vayan al ritmo "del deber ser el que es su deber". Antecede a los derechos humanos el reconocimiento de lo que cada uno se merece como persona, es decir, parten de la conciencia de si mismo, y de ahí, la conciencia recíproca de que todos merecen lo que yo me merezco, de donde emergen los principios de igualdad no como uniformidad, sino reconocimiento y equilibrio de las diferencias y justicia con equidad. Desde un punto de vista más relacional, los derechos humanos se han definido como las condiciones que permiten establecer una relación integrada entre la persona y la sociedad, que permita a los individuos identificarse consigo mismos y con los demás, con el fin último de su realización personal. Lo que guarda en común el movimiento colectivo de estos cuatro sucesos recientes es, el de querer materializar aspiraciones justas postergadas, reivindicar derechos y abolir imposiciones. Y lo que hace todo esto más valedero, es el principio y finalidad última que apunta hacia la única prosperidad esencial que desde hace siglos alentaba Píndaro: "Sé el que eres".
Todo proceso marcha al compás que sus inherentes complejidades entrañan. Los cambios mediados por procesos muestran, como tienen que irse desmontando situaciones que oscilan desde el absurdo de ideologías cerriles, la intolerancia, la insensatez hasta la violencia más cruenta y niveles de injusticia, todas ellas una afrenta contra la naturaleza humana. Cuatro acontecimientos recientes en el mundo han mostrado como la toma de conciencia por parte de grupos humanos y de instituciones frente a hechos aberrantes que van en dirección opuesta de la dignidad de las personas y de sus derechos, han conducido a pronunciamientos certeros para rescatar la dignidad e integridad de las personas:
1.La histórica aprobación del matrimonio entre parejas del mismo sexo en Irlanda, un país de fuertes raíces católicas, que se convirtió en el primer país del mundo en aprobar el matrimonio entre personas del mismo sexo a través de un referéndum, en el cual la opción del sí obtuvo 62.1% de los votos. El premier Enda Kenny lo consideró como un "mensaje pionero " que los irlandeses envían al mundo. En un giro que tomó 22 años, el país pasó de penalizar la homosexualidad como delito a introducir uniones libres en 2010, hasta el resultado del referéndum. El arzobispo de Dublín y primado de Irlanda, Diarmuid Martin, habló de "revolución social" y señaló: "la iglesia ahora debe hacer las paces con la realidad".
2.El Tribunal Supremo de Estados Unidos legaliza en los 50 estados del país, el matrimonio entre personas del mismo sexo con 5 votos a favor y 4 en contra. Antes de la sentencia el matrimonio igualitario ya era reconocido por 37 estados y la capital federal. La decisión de la Corte señala que la prohibición del matrimonio entre personas del mismo sexo viola la Constitución de la nación. Como respuesta a la sentencia Obama señaló:"gente ordinaria puede lograr cosas extraordinarias".
3.El referéndum griego, en el cual 61.31% de los votantes rechazaron los términos de un rescate internacional. Proclamaba el Primer Ministro Alexis Tsipras: "Cuando un pueblo tiene fe y conciencia colectiva puede resistir. Hoy proclamamos un victoria democrática pero mañana seguimos como país unido. Creo en el poder popular"
4.La Encíclica del Papa Francisco "Laudato Si", en la cual critica las formas de contaminación ambiental, la cultura del consumo, el impacto negativo del cambio climático, la relación perversa entre países ricos y pobres y la consiguiente desigualdad social. Dijo el Papa: "Necesitamos un cambio.Queremos un cambio real de estructuras. Este sistema ya no se aguanta, no lo aguantan los campesinos, no lo aguantan los trabajadores, no lo aguantan las comunidades, no lo aguantan los Pueblos...Y tampoco lo aguanta la hermana Madre Tierra".
¿Qué subyace y que hay en común en estos acontecimientos recientes? Una reflexión individual que va sumando, que toca fondo ante injusticias que despiertan la toma de conciencia y la compasión hacia otros, frente a hechos ignominiosos que degradan la condición humana. Son despertares que se dan en momentos de la historia, resultado del cansancio y la opresión ante la indolencia de quienes ostentan el poder, interesados en salvaguardar intereses mezquinos y egoístas de los cuales unos pocos sacan provecho a costa del bienestar de la mayoría.
¿Le pasaría por su genial imaginación a Oscar Wilde cuando fue arrestado en abril de 1895 por ofensas homosexuales, específicamente por defender "el amor que no osa mencionar su nombre", que 120 años después de su juicio su querida Irlanda convocaría al primer referéndum en el mundo para aprobar de manera arrolladora "el amor que no osa mencionar su nombre"? Creería uno que no, si se tiene en cuenta la historia trágica y de desencuentros de la sexualidad humana que, empieza en la fisiología, atraviesa los enmarañados campos de la religión, pasa por la aprobación o desaprobación de la psicología y la psiquiatría, se sumerge en las leyes del derecho para incluirla en la lista de delitos posibles, la atrapa la economía para venderla como un producto, se convierte en una construcción cultural, donde prima la heteronormatividad como regla, transita por la política para manipularla de acuerdo a los intereses de quienes han hecho acopio de prejuicios y temores interiorizados como verdades reveladas por estas fuentes del saber, hasta llegar a la ética, entendida como prohibición, en lugar de unirla a la liberación que es lo suyo: ampliar las posibilidades vitales de la sexualidad en vez de restringirlas. Resultado de esto, se ven reflejados en años de historia que han dado pie a un nudo gordiano de ideas, supersticiones, normas, leyes y mitos, que han corrido de manera paralela con la evolución de la conciencia humana. Ante lo anterior, la cautela frente a la sexualidad ha calado hondo. Krafft-Ebing un pionero sexólogo moderno en su libro Psichopathia Sexualis, indica que los términos técnicos usados a lo largo de la obra están en latín para excluir al lector lego. El éxito de su obra fue tal, que el British Medical Journal, en 1893, se quejó de que toda su obra no hubiera sido redactada en latín, para velar el tema de la sexualidad mediante "la oscuridad decente de una lengua muerta". Desenmarañar esta madeja no ha sido fácil, ha costado víctimas. Mucha gente se siente estafada por haber creído en ellas: anochecieron con la ideología de la fidelidad y el amor hasta la muerte y amanecieron con la ideología de la infidelidad y el matrimonio múltiple.
Hay que también, recordar y resaltar el trabajo de quienes han contribuido de tiempo atrás a desenmarañar la madeja. Para solo citar un ejemplo, El Comité Científico Humanitario, fundado en Alemania en 1897 por el médico sexólogo, Magnus Hirschfeld, para trabajar en pro de la abolición del párrafo 175 del código penal alemán que penalizaba las relaciones consensuales entre personas del mismo sexo. El apoyo a esta petición tuvo la firma de mentes que han dejado marca en la historia reciente: Hermann Hesse, Krafft-Ebing, Martin Buber, Albert Einstein, Thomas Mann, Carl Maria von Weber, Stefan Zweig, Rainer Maria Rilke, entre otros, personas que fueron conscientes de lo equívocos que circulaban alrededor de la sexualidad. Imposible defender el derecho al amor homosexual, en la época victoriana de Oscar Wilde. Edward Carpenter escribía en 1924 que: "la época victoriana era el punto más bajo de la moderna sociedad civilizada: un período en el que no sólo la comercialización de la vida pública, sino la hipocresía de la religión, el puro materialismo de la ciencia, la inutilidad de los convencionalismos sociales, el culto a las acciones de la bolsa, el hambre del corazón humano y sus necesidades, la gazmoñera ocultación del cuerpo bajo los vestidos, el 'áurea impura' de las cuestiones sexuales, la división clasista, el desprecio por el trabajo manual y la cruel exclusión de las mujeres de cualquier posibilidad útil y natural de expresar sus vidas, son exacerbadas hasta extremos tan disparatados que nos resulta arduos comprenderlos". Reflexionado sobre la cita de Carpenter, puede uno observar cuanto queda de esta descripción en el mundo, si se mira, por ejemplo, la esencia de los pronunciamientos ante los acontecimientos mencionados. Los ejemplos abundarían, suficiente con mencionar como en al menos 76 países aun hay leyes que criminalizan las relaciones consensuales del mismo sexo entre adultos. (Asociación Internacional de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Transexuales y Personas Intersex. ILGA). Los castigos van desde latizagos en Irán, prisión en Argelia, cadena perpetua en Bangladesh, hasta la pena capital en Irán, Mauritania, Arabia Saudita, Sudán y Yemen. Pero aún en países que no penalizan las relaciones homosexuales, asesinatos, chantajes, ofensas y ataques son frecuentes.
Estos vientos frescos que soplan merecen ser valorados. Es evidente que, hay un movimiento creciente de personas que de un modo consciente y responsable buscan que las cosas vayan al ritmo "del deber ser el que es su deber". Antecede a los derechos humanos el reconocimiento de lo que cada uno se merece como persona, es decir, parten de la conciencia de si mismo, y de ahí, la conciencia recíproca de que todos merecen lo que yo me merezco, de donde emergen los principios de igualdad no como uniformidad, sino reconocimiento y equilibrio de las diferencias y justicia con equidad. Desde un punto de vista más relacional, los derechos humanos se han definido como las condiciones que permiten establecer una relación integrada entre la persona y la sociedad, que permita a los individuos identificarse consigo mismos y con los demás, con el fin último de su realización personal. Lo que guarda en común el movimiento colectivo de estos cuatro sucesos recientes es, el de querer materializar aspiraciones justas postergadas, reivindicar derechos y abolir imposiciones. Y lo que hace todo esto más valedero, es el principio y finalidad última que apunta hacia la única prosperidad esencial que desde hace siglos alentaba Píndaro: "Sé el que eres".
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